PESQUERÍAS

Conservando la Cuenca Amazónica Aguas Amazonicas

Los peces han sido la fuente de proteína animal más importante a lo largo de la historia de las poblaciones humanas de la cuenca amazónica. La gran variedad de métodos de pesca desarrollados por las culturas indígenas, colonos y mestizos reflejan la amplia diversidad de hábitats presentes y la riqueza de la ictiofauna. También fueron de gran importancia otros animales como tortugas, manatíes y carne de monte según la temporada del año y la región, no obstante no existe evidencia que alguno de ellos haya podido reemplazar al pescado como fuente de proteína animal en las partes bajas de la Amazonía. No hay duda que hay mucha mayor biomasa de peces que cualquiera de los otros recursos animales dentro y/o alrededor de los ríos.

Los científicos han tenido éxito en conocer cómo los indígenas clasificaban y explotaban las plantas, pero ha sido muy difícil llevar a cabo estudios sobre el uso tradicional de los recursos acuáticos por estos grupos nativos. Esto se debe principalmente a los problemas de identificación de especies y a la limitada información que se tiene sobre la ecología de los recursos acuáticos. La mayoría de los grupos indígenas ahora se encuentran en las regiones de cabeceras, lejos de las zonas más productivas de la cuenca del Amazonas, y es en estas áreas donde podríamos todavía ganar un poco de conocimiento sobre su interacción con los recursos pesqueros.

José Veríssimo, un importante naturalista e historiador, manifestó en sus publicaciones que el principal motivo por el cual los portugueses fueron capaces de establecerse fácilmente en la cuenca amazónica fue por la disponibilidad de pescado. En la década de 1960 la política del gobierno militar de Brasil de ocupar vastas extensiones de la Amazonía y estimular el desarrollo económico conllevó al crecimiento explosivo y no planificado de Manaus, Belém y otras ciudades. El discurso sobre las pesquerías en ese momento fue tomado a partir del mito regional de la abundancia. De hecho, en la década de 1960 y 1970, hubo un exceso de oferta de pescado a medida que la flota pesquera crecía y se expandía hacia tributarios y zonas que hasta ese momento habían sido poco explotadas. Hasta finales de la década de 1970 el precio del pescado era menor que el pollo o carne de res. A finales de 1970 un estudio sobre el consumo de pescado per cápita demostró un alto consumo de proteínas en Manaos con un promedio de 170 gramos por día, muy superior al mínimo diario requerido de 50 gramos, recomendados por la mayoría de estudios científicos.

La tecnología pesquera en la Amazonía cambió radicalmente a partir de finales de 1960. Antes de ese momento las capturas totales parecían haber sido obtenidas en cantidades significativas con una amplia variedad de aparejos de pesca, incluyendo redes, trinches, arco y flecha, arpones, explosivos, y caña y línea de pescar. Estos aparejos continuaron siendo muy utilizados en la década de 1970, pero las que permitieron las mayores capturas comerciales fueron grandes redes de arrastre (una red vertical con peso en la parte inferior y flotadores en la parte superior) y redes agalleras, aunque no para todas las especies. Las redes de arrastre se utilizan principalmente para la captura de especies migratorias. Las redes agalleras eran más versátiles y económicas que los otros aparejos; y por la década de 1980 ya se habían convertido en aparejo de pesca estándar para los pescadores urbanos, rurales y ribereños. Ninguna otra innovación tecnológica importante en la historia de la pesca se extendió tanto y tan rápidamente en toda la Amazonía como las redes agalleras, y la razón principal fue la gran dependencia que las poblaciones amazónicas tuvieron en el pescado y la constatación de que este aparejo era mucho más fácil y más eficaz que los métodos tradicionales para capturar la mayoría de las especies.

Las pesquerías en el estuario estuvieron representadas por operaciones a pequeña escala hasta 1970, momento en el cual el gobierno brasileño comenzó a ayudar financieramente y promovió la expansión de la flota, con aparejos de pesca y equipos más sofisticado y la construcción de plantas de refrigeración. A diferencia de las pesquerías al interior de la Amazonía, podríamos decir que la pesca en el estuario fue dominada por una flota industrial que tenía como mayor objetivo los mercados nacionales e internacionales.


 

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