Tapajós

La cuenca del Tapajós es la quinta mayor cuenca de entre los ríos que fluyen al Amazonas. Con aproximadamente 489,000 km2, abarca alrededor del 7% de la cuenca del Amazonas.

Sus cabeceras están casi a 2,700 kilómetros de la desembocadura del río Amazonas, muy cerca de Cuiabá, capital de Mato Grosso, en el centro de Brasil, mientras que su confluencia con el Amazonas está aproximadamente a 800 km de la gran desembocadura del Amazonas. Más del 95% de la cuenca del Tapajós se divide entre los estados de Mato Grosso y Pará, aunque los estados de Amazonas y Rondonia bordean su curso occidental. Al menos durante dos décadas, diferentes movimientos políticos han buscado crear el Estado Tapajós.

La mayor parte de la cuenca del Tapajós se encuentra sobre el macizo Brasileño, al interior del bosque tropical amazónico. Sus cabeceras se forman en la zona central de la sabana arbustiva brasileña, a menos de 200 km del gigantesco Pantanal. La precipitación media anual es aproximadamente 2,300 mm. Hay una estación seca muy pronunciada, que dura de tres a cuatro meses. La temporada de lluvias en la cuenca superior del Tapajós comienza a finales de setiembre, mientras que en la cuenca inferior comienza a finales de diciembre o enero. El pico de las inundaciones anuales en las cuencas media y alta del Tapajós suele ser en marzo. Cerca de su desembocadura los niveles de agua más altos suelen ser en mayo o junio, esto debido a que en la parte baja del río los niveles de agua son controlados por el río Amazonas. La fluctuación promedio anual del nivel del río Tapajós y sus dos afluentes principales, el Juruena y el Teles Pires, está entre los 4 y los 5 metros. El rango más amplio medido hasta el momento entre los niveles máximo y mínimo de agua es entre 8 y 9 metros.

La mayoría de los tributarios del Tapajós fluyen a través de un terreno relativamente alto del macizo Brasileño. Las regiones montañosas, como la Serra do Cachimbo, la Serra dos Caiabis y la Serra do Tombador, son drenadas por el Juruena y el Teles Pires. Las primeras grandes cataratas en el río Tapajós están cerca de Itaituba, a unos 200 km de su desembocadura. Los peces migratorios, sin embargo, son capaces de sobrepasar estos rápidos. También pueden encontrarse numerosos rápidos en las cuencas media y alta del Juruena y el Teles Pires. La parte baja del Juruena tiene bosques inundables y a lo largo de la cuenca del Tapajós se presentan pequeñas áreas bajas sujetas también a inundaciones estacionales. Al igual que con los ríos Tocantins y Xingú, el Tapajós tiene una desembocadura gigante, similar a un lago, rodeada de altos acantilados y playas bajas. Las playas están inundadas durante seis meses al año y permiten la existencia de especies forestales que crecen en arenas inundadas, tales como el anacardo o cajú silvestre (Anacardium spp.). En la zona de la desembocadura, ocurren de manera muy próxima las aguas turbias, las aguas claras y las aguas negras. Las aguas negras del Arapiuns, un afluente de la margen izquierda, drena suelos arenosos y fluye hacia las aguas claras del Tapajós, cerca de la confluencia con el Amazonas.

Áreas protegidas

Hay relativamente pocas áreas designadas para la protección estricta de la cuenca del Tapajós. Entre ellas, los Bosques Nacionales son probablemente las áreas protegidas más importantes. La mayoría de éstas están en el curso inferior, pero lamentablemente los mineros de oro, colonos ilegales y madereros las han invadido. Las tierras indígenas están, en su mayoría, en el lado occidental medio y sur de la cuenca. No hay áreas protegidas significativas alrededor de las cabeceras. La cabecera del río Tapajós se ha convertido, en su mayor parte, en una zona de pastizales y tierras de cultivo. La margen derecha del Arapiuns está catalogada como protegida, pero es una zona en donde se practica la tala excesiva. El río Arapiuns, cerca de la desembocadura del Tapajós, merece una atención especial, ya que es, de los ríos de aguas negras relativamente grandes de la cuenca del Amazonas, el que se encuentra más al este de la cuenca.

Usos e impactos

En la década de 1970, las carreteras Trans-Amazónica y Santarém-Cuiabá abrieron la cuenca del Tapajós al desarrollo a gran escala. La primera ya está pavimentada y ambas han sido usadas como vías de tránsito para ganadería, minería de oro, explotación forestal y cultivo de soya. Los actuales proyectos de transporte incluyen el establecimiento de una hidrovía industrial y la construcción de un ferrocarril entre Cuiabá y Santarém que permita exportar productos agrícolas desde la zona central de Brasil . Sin embargo, la construcción de la hidrovía requeriría la profundización del canal principal y la excavación de las cataratas.

La minería de oro impactó la cuenca del Tapajós desde inicios de la década de 1970 y se concentró principalmente en la zona aurífera ubicada entre los ríos Tapajós, Jamaxim y Teles Pires. La mayoría del oro fue extraído de depósitos aluviales. El número de pequeños arroyos excavados es desconocido, probablemente han sido miles. La minería aurífera en Tapajós creó dos problemas ambientales mayores: la destrucción de los flujos de aguas claras y la contaminación por mercurio. Las especies de peces que viven en los afluentes del macizo Brasileño de Tapajós están adaptadas a condiciones de aguas claras y con contenidos mínimos de sedimento. En ese sentido, la alta turbidez generada por la minería probablemente eliminó dichas poblaciones. Y aunque algunos arroyos pueden haber sido recolonizados por estos peces cuando la actividad minera decreció, se requieren mayores estudios para confirmar esto. Por otro lado, no se tiene muy claro el destino final del mercurio utilizado para la extracción de oro en la cuenca del Tapajós, pero en la medida en que la desembocadura es la zona principal de deposición de sedimentos del río, es muy probable que algo de este mercurio esté enterrado allí. El apogeo de la fiebre del oro durante la década de 1980 ocasionó que la carga de sedimentos fuera bastante elevada durante esa década y hoy en día se desconoce cuánto tiempo permanecerán esos sedimentos en la gran bahía del Tapajós. La formación de islas, sin embargo, sugiere que podrían ser décadas, si no siglos en algunos tramos. La carga de mercurio muy probablemente será trasladada lentamente aguas abajo con los sedimentos y el agua que desemboca al río Amazonas.

Con el declive de la fiebre del oro, los empresarios de las cuencas media y baja del Tapajós comenzaron a invertir fuertemente en la ganadería y la explotación forestal y, en los últimos años, en el cultivo de soya. Itaituba, sobre la carretera Trans-Amazónica, pasó de ser una sociedad que basaba su economía en la minería aurífera a un centro ganadero y maderero. Itaituba está situada en una parte estrecha de la cuenca del Tapajós y la deforestación parece estar avanzando hacia el oeste, a lo largo de la carretera transamazónica hacia la cuenca del Madeira. La alteración del paisaje en la cuenca del Tapajós es más notable en la zona de la cabecera de Mato Grosso, a lo largo de la carretera Santarém-Cuiabá y cerca de la ciudad de Peixoto de Azevedo, en el Teles Pires. Esta última zona se encuentra en el corazón de la frontera agrícola brasileña central, en la que el cultivo de soya se ha expandido rápidamente hacia el norte. El cultivo de soya, sin embargo, ha llegado hasta Santarém, en la confluencia de los ríos Amazonas y Tapajós. Santarém es ahora el principal puerto de carga de soya producida en la cuenca del Amazonas o en la zona contigua del Cerrado.

El Tapajós probablemente tenga el mayor potencial hidroeléctrico de toda la cuenca del Amazonas. Se ha proyectado la construcción de numerosas represas, no sólo en el río principal, sino también en varios afluentes, especialmente en la región de las cabeceras de los ríos Teles Pires y Juruena.

 

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