Bahía de Marajó

Con aproximadamente 4,500 km2, la bahía de Marajó es, ecológicamente, parte de la cuenca amazónica, dado que el agua del río Amazonas descarga hacia la bahía. La bahía de Marajó limita por el oeste con la isla Marajó, y por el este con el continente. Numerosas penínsulas e islas caracterizan la costa oriental, cerca de la boca de la bahía. Los manglares dominan la vegetación costera y la fauna litoral acuática es principalmente oceánica. El agua dulce, sin embargo, penetra hacia el este a lo largo del sector nororiental del continente de la bahía de Marajó durante el período de mayor nivel de las aguas (mayo-junio) del río Amazonas. Localmente, pequeños ríos también contribuyen con aportes de agua dulce a la bahía.

 

Conservando la Cuenca Amazónica Aguas Amazonicas

Usualmente, se considera que el límite sur de la bahía se encuentra cerca de Belén, donde se encuentran el río Guamá y el Pará. Además del valor comercial que tiene la bahía como zona de envío y carga de productos, la bahía es económicamente importante por su actividad pesquera. Adicionalmente, se han realizado actividades de perforación petrolera, aunque aún no se han revelado depósitos comercialmente viables de combustibles fósiles.

Comparada con el río Amazonas, la bahía de Marajó descarga relativamente poca agua y sedimentos. Sin embargo, las aguas de la bahía de Marajó están siempre turbias dado que recibe grandes cantidades de sedimentos del río Amazonas, provenientes del canal de Breves y el río Pará. Sólo un pequeño porcentaje de las aguas del río Amazonas fluye a través del canal de Breves, pero esta descarga es suficiente para que la bahía de Marajó sea lodosa durante todo el año. El alto grado de deforestación en el estado de Pará también ha incrementado la erosión en la cuenca del Guamá, y esto puede estar incrementando la cantidad de sedimentos que llegan a la bahía.

La parte más profunda de la bahía de Marajó alcanza los 30 metros (m). La descarga de agua de los ríos a la bahía es suficiente para asegurar un extenso ambiente de agua dulce. Durante el período de menor nivel de las aguas, sin embargo, el agua se torna salobre por aproximadamente 80 km tierra adentro, desde el Atlántico. Cerca de Belén, las concentraciones de sal son menores a 1 parte por mil (ppm) o gramo de sal por litro de agua (gr/L), el promedio de las aguas oceánicas es de 35 ppm. El agua salobre hace que los sedimentos floculen, es decir, que se unan entre sí y se vuelvan más pesados, por tanto depositándose en el fondo. Así, la transparencia del agua se incrementa y la producción de fitoplancton también. Tanto las especies marinas como los peces y langostinos de agua dulce, usan las aguas ricas en fitoplancton de la bahía de Marajó como espacio para alimentarse y crecer.

La vegetación continental costera de la bahía de Marajó está sujeta permanentemente a las variaciones de la marea, que puede llegar a inundarla. Estas inundaciones se pueden dar desde la zona de los manglares, cercanas al Atlántico, hasta los bosques inundables de agua dulce, tierra adentro, en el continente. Ocasionalmente, aparecen especies de mangle más allá de Belén, aunque no suelen ser dominantes. Las especies de mangle encontradas tierra adentro, usualmente aparecen sobre barras de arena o llanuras de lodo recientes, y que eventualmente también pueden ser ocupadas por arbustos y especies de árboles de agua dulce.

Los bosques de marea al sudoeste de Belén son un excelente ejemplo de la riqueza de palmeras de la región oriental del Amazonas. El buriti o aguaje y el açaí son las palmeras dominantes. La palmera de açaí es utilizada para la obtención del palmito, y su fruto se utiliza en jugos y helados. Las comunidades locales han manejado relativamente bien los bosques de marea dominados por palmeras, ya que dejan la mayoría del bosque nativo intacto pero cosechan el açaí, que puede ser plantado. Algunas comunidades asentadas en las llanuras de inundación del Amazonas han manejado sus bosques inundados como lo hacen las comunidades asentadas en la región estuarina.

Aunque la zona continental de la bahía de Marajó, con la ciudad de Belén en el centro, está ampliamente poblada, el área de mareas se encuentra relativamente intacta. Algunas zonas de manglares desparecieron con la construcción de caminos que las atravesaron. Sin embargo, la mayor parte del bosque de mareas no ha sido talado para realizar actividades agrícolas o langostineras. Existen, sí, algunos experimentos de cultivos de arroz y pastos, en los suelos relativamente ricos de las zonas de marea. La actividad agropecuaria a gran escala podría sin embargo amenazar algún día estos hábitats. Los beneficios de cualquier proyecto agropecuario de gran escala en los bosques de marea deberían de ser sopesados en relación a los impactos que podría ocasionar en la actividad pesquera.

La bahía de Marajó está contaminada en ciertas zonas por causa de los efluentes industriales y urbanos de la ciudad de Belén y de algunas ciudades pequeñas de la costa. La instalación industrial más grande sobre la bahía es una planta de procesamiento de aluminio, ubicada sobre la isla de Barcarena, al sudoeste de Belén. Sin embargo, se trata de una planta moderna, por lo que los purines y relaves se alojan en lagunas especiales de tratamiento de aguas.