HUMEDALES

La Cuenca Amazónica, un gran humedal

La Cuenca Amazónica es el humedal de agua dulce más extenso y diverso del mundo. Las aguas amazónicas tomas múltiples formas, desde pequeños ríos alimentados con glaciares en la parte alta de los Andes por encima de 4.000 metros o más, hasta el río más grande del mundo que está flanqueado por lagos de inundación, bosques inundados y comunidades herbáceas flotantes. En gran parte, su alta biodiversidad está ligada a los extensos bosques inundados donde la vida acuática y arbórea se reúne durante las largas inundaciones anuales. Incluso al final de su recorrido, el río Amazonas brinda agua dulce a un estuario enorme e incluso empuja al Atlántico hacia el mar.

Conservando la Cuenca Amazónica Aguas Amazonicas

Aunque se pensaba que el Amazonas era un gran bosque, el área reconocida actualmente como humedales ha aumentado considerablemente con la llegada de las imágenes satelitales, y dependiendo exactamente de la definición que se use, hasta 800.000 km2 o el 14% de la parte baja de la cuenca podría ser clasificado como humedal. Algunas áreas dominadas por humedales superan los 50.000 km2, como los pantanos dominados por palmeras en las cuencas del Marañón y el Ucayali en Perú, y los Llanos de Mojos al este de Bolivia, en la cuenca del Madeira.

Aunque las planicies inundables del río Amazonas representan menos del 2% de la superficie de la Cuenca del Amazonas, esta representa desproporcionalmente un 12% de los humedales de la cuenca. Durante los niveles más altos del río se inundan aproximadamente 85.000 km2 de llanura de inundación del río Amazonas. Durante los niveles de agua más bajos, la zona de la llanura inundable disminuye aproximadamente un 45% y consiste principalmente en canales permanentes y lagos. El área de los Llanos de Mojos, en el este de Bolivia, es el humedal más grande (92.000 km2) de la Cuenca Amazónica. Otros grandes humedales contiguos incluyen la Isla Bananal entre los ríos Tocantins y Araguaia (59.000 km2) y las planicies de Roraima a través de las cuales fluye el río Branco en el norte de Brasil (16.000 km2).

En general, a los humedales se los reconoce como ecosistemas frágiles y, por lo tanto, existe la necesidad de tomar acciones de conservación especiales y específicas. Aunque estas acciones han sido lentas en la cuenca del Amazonas, en las últimas 3 o 4 décadas, los esfuerzos de conservación se han centrado en gran medida en la deforestación de los bosques de tierra-firme, con la consecuencia no intencional de no integrar los esfuerzos de manejo de la tierra-firme y los humedales, teniendo en cuenta que la integridad de los humedales depende de la salud de los bosques de sus laderas. La falta de términos ampliamente reconocidos y utilizados para los humedales tanto en español como en portugués también dificulta su conceptualización.

 

Definiciones de un humedal

El primer paso para conservar un humedal es definirlo. Hay muchas definiciones de humedal, generalmente girando en torno a lo que al investigador le interesa. Los hidrólogos y los ecologistas suelen enfatizar las inundaciones como la distinción principal; los botánicos se centran en la vegetación como un claro indicador de ciertos tipos de humedales y los científicos del suelo centran sus definiciones en las propiedades del suelo. Aunque la palabra wetlands (que significa literalmente “tierras mojadas”) es comúnmente usada en inglés y generalmente entendida por el público en general, sus equivalentes en español (humedal) y en portugués (paisagens aquáticas o áreas húmidas) son más ambiguos y raramente conceptualizados por el público en general.

Los científicos a menudo hacen hincapié en la necesidad de normalizar las definiciones, pero esto raramente, o nunca, ha ocurrido a nivel internacional o estatal. Las diferentes unidades políticas suelen tener tipos muy diferentes de humedales y, obviamente, están más interesados en aquellas que están dentro de sus jurisdicciones. El peligro de un debate sin fin sobre lo que es un humedal también puede obstaculizar el desarrollo de la política de humedales, como cuando, digamos, la definición de humedal no incluye los ríos, lo cual no ocurre con muchas clasificaciones.

 

Conservando la Cuenca Amazónica Aguas Amazonicas

Sabana inundada con bosques de humedales al este de Bolivia. Departmento – País: El Beni – Bolivia Cuenca: Madeira – Cuenca Principal Mamoré Fotógrafo: Luiz Claudio Marigo

 

Todos los países amazónicos son signatarios de la Convención de Ramsar sobre los Humedales (RCW), cuya premisa principal es la importancia y fragilidad de los humedales. RCW utiliza una definición muy general:

«Los humedales son áreas donde el agua es el principal factor que controla el medio ambiente y la vida vegetal y animal asociada. Ocurren donde la capa freática está en o cerca de la superficie de la tierra, o donde la tierra está cubierta por agua».

Esta definición es lo suficientemente general para incluir todo lo que es acuático y deja definiciones más específicas a las áreas locales donde puede ser necesaria una combinación de definiciones locales, científicas y legales para avanzar en la conservación de los humedales. Los académicos suelen ser el principal grupo que sugiere que son necesarias definiciones unificadoras, principalmente porque teóricamente haría más fácil clasificar los humedales en grandes áreas en las que trabajan, especialmente en el marco académico, como la limnología o la botánica. Ejemplos de definiciones que favorecen la presencia de plantas incluyen:

“Un humedal es un ecosistema que surge cuando la inundación por agua produce suelos dominados por procesos anaeróbicos y que fuerza a la biota, particularmente a las plantas enraizadas, a desarrollar adaptaciones para tolerar la inundación.” (Paul A. Keddy, Wetland Ecology: Principles and Conservation)

“Los humedales están sumergidos o permeados por agua – ya sea permanente o temporalmente – y están caracterizados por la presencia de plantas adaptadas a condiciones de suelos saturados. Los humedales incluyen esteros, marismas, ciénagas, pantanos arbolados, turberas, bosques temporalmente inundables, depresiones inundadas, y cualquier área de tierra capaz de mantenerse con agua el tiempo suficiente como para permitir el desarrollo de suelos y plantas”. (Gobierno de Canadá)

En los Estados Unidos la complejidad de definir legalmente a los humedales puede apreciarse a través de las distintas definiciones que el gobierno federal y cada estado utilizan. Un par de ejemplos bastan para ilustrar esta complejidad:

“Humedal es el término genérico que se utiliza para definir las distintas clases de hábitats acuáticos –entendiéndolos como áreas de tierra cubiertas con agua por un determinado período de tiempo, pero no necesariamente de manera permanente”. (Servicio Geológico de los Estados Unidos – USGS)

“Los humedales son áreas de transición entre los sistemas terrestres y acuáticos, en donde el nivel freático está usualmente cerca o en la superficie, o en donde la tierra está cubierta por agua superficial. Para los propósitos de esta clasificación, los humedales deben tener uno o más de los siguientes tres atributos: (1) al menos periódicamente, el suelo debe soportar el desarrollo predominante de hidrófitas (plantas específicamente adaptadas a vivir en humedales); (2) el sustrato es predominantemente un suelo hídrico no drenado (típico de humedales); y (3) el sustrato no es propiamente suelo y está saturado con agua o cubierto por ella superficialmente en algunos momentos durante la temporada de creciente de cada año”. (Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos)

Las diferentes definiciones adoptadas por las instituciones públicas pueden tener implicancias importantes para la regulación de este tipo de ambientes. En ese sentido, mantener la definición amplia y general de humedal permitirá identificar condiciones específicas para su regulación en distintas jurisdicciones y escalas, así como ser lo suficientemente inclusivos para protegerlos integralmente.