Marajó y delta interior

La zona interior del estuario del Amazonas se caracteriza por tener una serie de islas que forman un paisaje similar a un delta. La isla más grande es Marajó, de cerca de 40,000 km2, seguido por Caviana, Mexiana y Gurupá. Éstas y otras islas forman pequeños archipiélagos, siendo la más importante Bailique, Caviana, Marajó y el río Pará. Los archipiélagos de Caviana y Mexiana abarcan una superficie mayor de 6,000 km2 y están separados por el Canal Perigoso, que es poco profundo y peligroso al navegar debido a la alta exposición a los vientos y las olas provenientes del océano. La isla Caviana se dividió en dos partes en tiempos históricos (1850) por la marejada, localmente conocida como pororoca, una gran ola generada en zonas poco profundas en el estuario del Amazonas. Las islas del delta interior del Amazonas son bajas y planas. La mitad occidental de la Isla de Marajó tiene elevaciones de hasta 15 metros, mientras que la mitad oriental es menor y está sujeta a grandes inundaciones durante la estación lluviosa.

Hay grandes sabanas en el este de Marajó, lo cual ha resultado tanto por procesos naturales como por incendios establecidos por los seres humanos desde tiempos indígenas. La parte occidental de Marajó está cubierta por bosques, muchos de los cuales son invadidos por las mareas diarias. Este tipo de bosque se llama bosque de várzea de marea y, en contraste con las sabanas inundadas estacionalmente del este de Marajó, estos bosques se inundan a diario. Las regiones de sabana están inundadas de cinco a siete meses al año por precipitaciones locales. La precipitación media anual de Marajó varía, según la ubicación exacta, y va entre 2,300 a 3,400 mm, con los valores más altos en el lado oriental. Los picos de precipitación ocurren entre febrero y abril. Marajó, con una población de 250,000, es la única isla del estuario que tiene ciudades. Las otras islas tienen ranchos ganaderos, granjas pequeñas o y comunidades cuyas economías se basan en la pesca y en la extracción del huasaí (Euterpe oleracea).

Las sabanas, o campos, son depresiones que tienen poco drenaje y albergan varios lagos permanentes. El lago Arari es el más grande. Las mareas impiden el drenaje hacia el exterior de las sabanas. Durante la temporada de lluvias los lagos de sabana se pueden unir formando un extenso cuerpo de agua. Se han excavado canales artificiales para facilitar el transporte entre Belém y Macapá, y también para disminuir los periodos de inundación a fin de aumentar la producción de ganado. El canal más grande es el Canal da Tartaruga, que fue construido en la primera mitad del siglo XX para conectar Lago Arari con la zona norte. Los canales artificiales son fácilmente colonizados por plantas acuáticas y acumulan rápidamente sedimentos. Hay una estación seca prolongada en Marajó que va entre octubre y noviembre, y muchos lagos pueden llegar a secarse completamente en algunos años. Los agricultores o proyectos del gobierno han construido diques artificiales para evitar el drenaje completo de estos lagos. El nivel de elevación de las sabanas determina los tiempos de inundación y el tipo de vegetación predominante. Aproximadamente 70% de estas sabanas están sujetas a inundaciones estacionales. Especies herbáceas de sabanas que soportan inundaciones incluyen especies de los géneros OryzaEchinochloa y Panicum; otras gramíneas (Cyperus) son también abundantes. Muchas zonas son anegadas a menudo y dominados por la palmera aguaje (Mauritia flexuosa) y la aninga (Montrichardia arborescens), una planta herbácea gigante. La ganadería, ha existido en esta región desde 1700 y es la actividad económica más importante de las sabanas.

pesquerías más importantes se ubican en los lagos que son explotados principalmente durante la temporada seca. El más grande es el lago Arari, con 3,600 km², y está a seis metros sobre el nivel del mar y su profundidad máxima es de cinco metros. El promedio anual de fluctuación del nivel del agua del Arari es de tres metros. Los pescadores de las pesquerías del Marajó han sido tradicionalmente vaqueros y granjeros. La pesca se usó como un suplemento a los bajos salarios pagados por los propietarios de los ranchos. Las pesquerías comerciales de los lagos de Marajó han dado pie a inacabables conflictos entre pescadores y granjeros, siendo los primeros acusados de ser ladrones de ganado. Estos conflictos datan de inicios del siglo XIX. En la actualidad, los pescadores profesionales dominan las pesquerías durante la temporada de seca. Los barcos cargados con hielo estacionados en los pueblos y ciudades aledañas compran pescado que luego es transportado mayormente a Belém. La mayor parte del pescado es capturado con redes agalleras y atarrayas en los lagos menos profundos. Las aguas son lo suficientemente profundas a través del año, lo que permite el uso atarrayas.

Los arpones y la pesca con anzuelo son también usados de forma comercial en los lagos. Las redes de arastre pequeñas de playa fueron usadas en el pasado, pero han sido prohibidas en la actualidad.

Las especies más valiosas capturadas en el pasado fueron el tucunaré (Cichla spp), el acarahuazú (Astronotus spp.) y el paiche (Arapaima gigas). Hoy en día, el shirui (Hoplosternum littorale), un tipo de carachama mediana, representa el 60% de la pesca anual. El fasaco (Hoplias malabaricus), el sapocunchi (Parauchenipterus sp.) y la lisa (Leporinus sp. y Schizodon sp.), son otras especies de importancia comercial capturadas en los lagos de Marajó. Los pescadores profesionales y los de subsistencia han manifestado que existe una rápida disminución en la pesca de shirui. Hoy, la veda de estas especies se da entre los meses de enero y mayo.

El bosque de mareas tipo várzea, hallado en numerosas islas del estuario, es también importante para la ecología de los peces e, indirectamente, también para ciertas pesquerías; sin embargo, este hábitat ha sido muy poco estudiado por la ciencia. El área total de bosques de mareas inundados supera los 20,000 km². Estos bosques se inundan de 8 a 12 horas diarias, lo que permita a los peces ingresar a él para alimentarse, buscar refugio y muchos de ellos para reproducirse. La actividad económica más importante en los bosques de marea tipo várzea es la tala. Las especies más explotadas son la cumala (Virola surinamensis), la lupuna (Ceiba pentandra), la catahua (Hura crepitans), el azufre caspi (Symphonia globulifera), la andiroba (Carapa guianensis), el cedro (Cedrela sp.), el chontaquiro (Diplotropis sp.) y el aceite caspi (Caraipa densifolia). Las palmeras a menudo dominan los bosques de marea, especialmente el huasaí (Euterpe oleraceae) y el aguaje (Mauritia flexuosa).

La zona de confluencia de los ríos Tocantins y Amazonas se centra en el río Pará, una zona de alta producción de fitoplancton. El río Amazonas suple de nutrientes a esta zona y las aguas claras del río Tocantins permiten el aumento de la transparencia. Estos dos factores llevan a un incremento en la fotosíntesis del fitoplancton, la base de la cadena alimenticia de la cual dependen varias especies de camarones comerciales y peces. De estos, el camarón es la especie de mayor importancia.

El matapi es una trampa pequeña de forma cilíndrica con dos aberturas empleada para capturar camarones. La trampa es generalmente construida con los tallos de palmeras jupati (Raphia taedigera) y es utilizada específicamente para pescar camarones. Las trampas son encebadas con yuca o harina de la nuez de palmera. La pesquería de matapi se encuentra en la mayoría de los deltas internos del río Amazonas, y especialmente a lo largo del río Pará, así como del bajo río Tocantins, el Estreitos de Breves y el río Gurupá. El trampeo del matapi representa el 80% de la pesca de camarones del río Pará, el área del estuario más importante para el camarón de agua dulce. Las pesquerías de camarones de matapi se ubican en la zona de mareas y en otras zonas donde existan gran cantidad de canoas pertenecientes a miles de pobladores locales. Algunos pescadores pueden usar varias docenas de trampas. Los camarones se capturan principalmente de noche, luego son hervidos y salados para ser vendidos en los centros urbanos. Existe muy poca información sobre la pesca de camarones.

Existen dos especies de camarón explotadas por las pesquerías en el sistema de canales del estuario y en el bosque de marea tipo várzea del delta interior: el amazónico o cascudo (Macrobrachium amazonicum) y el pitú (Macrobrachium carcinus). La pesca de camarón con trampa se incrementa cuando el nivel de las aguas cae en los meses de mayo y junio en el bajo río Tocantins. Resulta interesante que en el río Amazonas, cerca a Almeirim y la isla de Gurupá, la mayor parte de los camarones son capturados entre agosto y septiembre.

Macrobrachium rosenbergii es una especie exótica de camarón de Malasia que es utilizada en la acuicultura. Escapó de tanques locales y ha colonizado zonas del estuario amazónico que han sido invadidas por el agua salada. Su impacto en las poblaciones de camarones locales no ha sido investigado aún.