El Tocantins es, de los grandes ríos, el más oriental de la Cuenca Amazónica. Con más de 750.000 km2, su área de drenaje es dos veces mayor al tamaño de Ecuador y más grande que Francia. De los tributarios de la Cuenca Amazónica circunscritos a un único país, el Tocantins es el más grande de todos.
Las tres características principales de la cuenca del río Tocantins son su enorme desembocadura, el reservorio Tucuruí, y la isla Bananal. Cerca de su desembocadura, los últimos 150 km forman una enorme bahía influenciada fuertemente por las mareas. Algunos científicos no consideran al río Tocantins como parte de la cuenca del río Amazonas, dado que no descarga directamente en él, sino más bien en el río Pará, al sur de la isla Marajó. Las aguas del Amazonas, sin embargo, también descargan en el río Pará a través de El Canas Breves alrededor del lado occidental de la isla Marajó. El Tocantins, entonces, desemboca en un área de encuentro entre las aguas del río Amazonas y el río Pará, por lo que técnicamente podría considerarse como parte de esta gran cuenca. Más importante aún debemos considerar que, ecológicamente, la cuenca baja del río Tocantins sí está directamente conectada a la región de la desembocadura del río Amazonas.
La fauna y la flora del bajo Tocantins están estrechamente relacionadas a las especies amazónicas. El Tocantins fluye desde tan desde el sur que sus cabeceras están a más de 3.000 km de la bahía de Marajó. Las cabeceras del río se encuentran al sur de Brasilia, en el Cerrado, la sabana de matorral de la región central de Brasil. La cuenca del Tocantins es la única de la Amazonía brasileña que cruza tres estados. El más grande de estos estados es Tocantins, un estado relativamente nuevo fundado en 1989, cuya capital es Palmas. El río Tocantins tiene un único gran tributario: el Araguaia. En el tramo medio del río Araguaia está Bananal, una isla que conforma uno de los mayores humedales de sabana de matorral de la cuenca del Amazonas. La mayor parte de la cuenca está fuera de la región de bosques tropicales amazónicos, dado que su precipitación anual es menor de 1.500 mm. Muchas especies amazónicas, sin embargo, viven a lo largo de sus ríos y arroyos en la región Cerrado de Brasil.
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Áreas protegidas
El Parque Nacional Araguaia, que hoy en día cubre el tercio norte de la isla Bananal, fue el primer parque nacional creado por decreto en la Amazonía brasileña. Actualmente, es la única gran unidad de conservación que protege los humedales de la cuenca del río Tocantins y es probablemente la mayor esperanza de Brasil de proteger la vida silvestre asociada a los humedales de sabana.
En los alrededores del parque también se pueden encontrar áreas relativamente grandes en donde habita población indígena.
Usos e impactos
El río Tocantins es uno de los afluentes principales del río Amazonas y es el que ha sido más fuertemente modificado. A inicios de la década de 1970, la construcción de dos carreteras: La Transamazónica y Belén-Brasilia, dieron a la cuenca del Tocantins acceso al desarrollo a gran escala. La crianza de ganado vacuno se expandió a lo largo de las principales carreteras y generó una deforestación extensiva en los estados de Goiás, Tocantins y Pará.
En la década de 1990, la frontera de los cultivos de soya se amplió hacia el norte, a la zona de El Cerrado y las áreas de bosques tropicales de los estados de Goiás y Tocantins. Por otro lado, los depósitos más grandes del mundo de mineral de hierro de alto grado se encuentran en la región de Carajás, en la cuenca del Itacaiunas, en la parte baja del Tocantins, aunque también se puede encontrar ahí manganeso, cobre, oro y otros minerales. El manganeso y el cobre extraídos en la región se transportan por tren hasta el puerto de Itaqui, cerca de San Luis, en el estado de Marañón. El río Itacaiunas es el principal tributario que drena la región Carajás. La minería aurífera impactó significativamente el río en la década de 1980, y aunque hoy en día está mejor planificada, aún continúa afectando los pequeños arroyos locales. Las operaciones para la extracción de hierro parecen haber tenido poco impacto sobre la ecología del Itacaiunas.
La desembocadura del río Tocantins es una enorme bahía que alberga una gran cantidad de especies de peces pelágicos, incluyendo el bagre maparate (Hypophthalmus spp.), una especie de importancia comercial que se alimenta de plancton. Desde la década de 1950 estas especies han estado fuertemente orientadas a satisfacer la demanda del mercado de la ciudad de Belén. La pesca del maparate en la bahía se redujo drásticamente desde que se terminó de construir la represa Tucuruí, en 1988. Los factores que causaron el término de la pesca aún no están del todo claros, pero se manejan dos posibilidades: ocurrió la destrucción de las zonas de desove que estaban ubicadas cerca de la represa, o se produjo una reducción significativa de nutrientes o plancton. A pesar de que la actividad logró recuperarse en cierto grado, aún está amenazada por la sobreexplotación.
La isla Bananal, ubicada casi a nivel del mar, está formada entre dos canales del río Araguaia, cuenta con 400 km de largo y en algunas zonas puede alcanzar hasta 120 km de ancho en algunas zonas. La isla cubre aproximadamente 20.000 km2 de una zona inundable que tiene aproximadamnente 40.000 km2 de. El terreno de la isla, muy cerca al nivel del mar, es muy plano y sujeto a inundaciones anuales que durante la época de lluvias se extienden aproximadamente por seis meses. Esta enorme isla en el canal del río se ha utilizado para la crianza de ganado por más de un siglo. Durante las últimas décadas, los pueblos indígenas también han empezado a criar ganado en la isla. El ganado vacuno y los búfalos de agua se encuentran ahora en la mayor parte de la isla, excepto en la parte norte de Bananal que es un parque nacional. Con aproximadamente 100 lagos en su interior, en la isla Bananal se desarrolla la pesca comercial y deportiva. El ecoturismo en la isla se ha desarrollado significativamente en la última década. A pesar del tamaño de los humedales que comprenden la isla Bananal, se han realizado pocos estudios sobre la ecología de esta enorme isla ubicada dentro del continente.
En la actualidad, la cuenca del Tocantins produce energía hidroeléctrica más que cualquier otra cuenca del Amazonas. Más de 20 represas se han planificado para los ríos Tocantins y Araguaia, y ya existe una enorme red de distribución eléctrica que sirve no sólo a la cuenca del Amazonas oriental y central de Brasil, sino también al noreste y centro de Brasil. La represa de Tucuruí fue la primera gran presa construida sobre un gran río en el Amazonas. La energía producida por la represa estimuló el desarrollo económico en los estados de Pará y Tocantins, aunque fue insuficiente para satisfacer las demandas urbanas e industriales de rápido crecimiento en la década de 1990. Para aumentar la capacidad de la energía, se han añadido más turbinas a la represa. Por otro lado, la nueva represa Lajeado construida en el río Tocantins produce energía para la región de Palmas, en el estado de Tocantins. Aguas arriba, la represa Serra da Mesa, en el estado de Goiás, suministra energía a las regiones cercanas y a Brasilia, en el distrito federal.
El impacto resultante que las represas producirán a los ríos Tocantins y Araguaia dependerá en gran medida de la cantidad de represas que se construyan y de cuántos humedales críticos ubicados entre ellas se logren conservar. Las represas de Tucuruí, Lajeado y Serra da Mesa están al menos a 300 kilómetros de distancia la una de la otra. La represa de Tucuruí fue construida sin un estudio de los efectos potenciales de la represa en las especies de peces migratorios o sobre impactos que ocurrirán más allá de la región inmediata del embalse. Al parecer, la presa ha impedido que algunas especies migratorias se muevan aguas arriba, no obstnte esto parece haber tenido poco impacto en la pesca comercial. Río arriba de la represa de Tucuruí, la biomasa de peces de valor comercial se multiplicó por diez en las décadas posteriores a la construcción de la presa. Los peces de mayor valor comercial que viven en el embalse de la represa son los bagres maparate. El gran número de presas pelágicas disponibles en el embalse permitió el aumento significativo de poblaciones de peces depredadores, como el pavón o tucunaré (Cichla spp.) y la corvina (Plagioscion spp.). Algunas especies migratorias acostumbradas a desplazarse largas distancias, como el boquichico (Prochilodus sp.), se adaptaron al nuevo reservorio y lo han utilizado como su espacio para alimentarse y crecer. Asimismo, algunas logran migrar aguas arriba en el momento en que comienzan las inundaciones, para alcanzar las zonas de desove.
La región del Cerrado, en el centro de Brasil, abarca gran parte de las cabeceras de los ríos Tocantins, Xingú y Tapajós. En las últimas cuatro o cinco décadas, miles de arroyos y quebradas han sido destruidos en la región en la medida en que la crianza de ganado vacuno y la frontera agrícola avanzaron hacia el norte. Una vez destruidos los bosques ribereños, los arroyos están expuestos a secarse completamente durante la estación seca. Uno de los hábitats acuáticos característicos de la región del Cerrado es el pantano de palmeras de buriti o aguaje (Mauritia flexuosa), los aguajales, que ocupan las zonas bajas a lo largo de los arroyos. Cientos de especies de animales que buscan sombra dependen de estos bosques acuáticos y que, en un entorno desértico, viven de manera precaria durante la estación seca. Los aguajales están desapareciendo rápidamente debido al represamiento de los arroyos, la quema de maleza durante años excepcionalmente secos y la deforestación agresiva de la vegetación ribereña.
Las represas, la minería, la ganadería, la construcción de carreteras y la agricultura a gran escala de cultivos como la soya, continuarán modificando la cuenca del Tocantins. Las industrias serán atraídas en la medida en que proyectos hidroeléctricos generen más energía disponible. Aún no se ha podido establecer una comisión interestatal para gestionar o evaluar las consecuencias a largo plazo de actividades como la deforestación de las cabeceras, la construcción de presas, la contaminación de pesticidas y otras que puedan causar impactos significativos aguas abajo. A medida que continúe el desarrollo, la mayor parte de la cuenca media y alta del Tocantins se transformará gradualmente en un paisaje deforestado y todavía más seco.