Texto: Claudia Acosta, Gina Leite, Guido Herrera y Vanessa Eyng.
La Amazonía es el mayor y más biodiverso sistema de agua dulce del mundo, sus cifras son impresionantes. La Cuenca Amazónica abarca 7 millones de km² y corresponde a la selva tropical más extensa del mundo. La gran cantidad de agua es lo que la hace tan especial: sus bosques inundables, ríos, lagos y otros humedales representan 14% del área de la Cuenca Amazónica.
En un recorrido de más de 5 mil km desde los Andes hasta la desembocadura del Amazonas en el Atlántico, la interacción entre bosques y ríos crea espacios únicos formidables para peces, aves, otros animales y también para la gente. Esta riqueza biológica es la clave del bienestar de los pueblos que viven allí.
El poeta Thiago de Mello revela un poco de esa vida ribereña, el del libro Amazonas: Pátria da Água, recuerda a la gente de la Amazonía que “no se desanime: espere la llena y sube el piso de la casa, y luego aproveche la tierra enriquecida por la inundación. El río le dice al hombre qué hacer. Y el hombre sigue el orden del río […]”.
La gente, otros animales, los bosques y los ríos crean un rico ecosistema en la Amazonía, compartiendo sus ciclos. En Los Ríos de la Amazonía en Movimiento y Conectados, nuestro nuevo video, te contamos un poco sobre la conectividad de esa gran cuenca y sobre la importancia de sus ríos, que con sus aguas unen la Amazonía:
Donde nacen los ríos
La mayoría de los ríos de la Amazonía nacen en la Cordillera de los Andes. El artículo Una perspectiva global sobre los ríos tropicales de montaña (disponible en inglés), presenta una perspectiva global sobre el tema y demuestra la importancia ecológica y social del camino de los ríos, desde las montañas hacia el océano.
En el centro de los ecosistemas de montañas tropicales nacen redes complejas de ríos que configuran paisajes específicos y conectan zonas distantes. Los ríos andino-amazónicos recorren un camino continental hasta el Océano Atlántico distribuyendo los sedimentos, nutrientes y carbono – lo que garantiza la a diversidad biológica extraordinaria de este ecosistema. Aproximadamente el 93% de los sedimentos y nutrientes de la Amazonía proveen de los Andes, lo que influye directamente en la fertilidad del suelo, la producción acuática primaria, el rendimiento de peces, que son fuente de proteína a las poblaciones humanas.
La conectividad de estos ríos marca todos los sistemas de montañas tropicales, como la Cordillera de los Andes, o cadenas de montañas en Etiopía o en Nueva Guinea, por ejemplo. Los ríos drenan áreas sensibles a las variaciones climática que son fundamentales para mantenimiento de sus ecosistemas que albergan fauna endémica y la integración comunidades ribereñas a lo largo de su curso. Estas características los convierten en centinelas del cambio global que puedan ocurrir en escala regional y global, de acuerdo con el artículo.
Las amenazas por el camino
Los ríos están amenazados por el cambio climático, la sobrepesca, la infraestructura mal planeada, la deforestación, la minería aluvial y la contaminación del agua. Las hidroeléctrica, por ejemplo, representan un gran riesgo para la conectividad de los ríos. La cuenca Amazónica presente una de las mayores tasas de construcción de represas en el mundo. En el artículo Fragmentación de la conectividad de los Andes a la Amazonía por represas hidroeléctricas (disponible en inglés) revela que pueden haber hasta 302 represas o proyectos hidroeléctricos en la región, correspondientes a 142 represas en operación o en construcción y 160 represas planeadas o propuestas
La interrupción de la la conectividad de los ríos limita el transporte de nutrientes entre las montañas y las llanuras. También impacta directamente las migraciones de muchas especies de animales que recorren, se alimentan o reproducen en diferentes partes de los ecosistemas acuáticos. Una revisión de literatura científica en proceso revela que casi 200 de especies migran por los ríos de la Amazonia, incluyendo peces muy pequeños como los chipi chipis (Trichomycterus barbouri) hasta los más grandes como el dorado (Brachyplatystoma rousseauxii). Estas especies dependen de la conectividad de los ríos para completar sus ciclos de su vida, que a su vez ellos, a su vez, son importante fuente de proteína para las poblaciones amazónicas.
Construyendo soluciones juntos
Aunque comprendemos la importancia de los ríos y su rol fundamental para el transporte de nutrientes y sedimentos, todavía no comprendemos completamente la magnitud y el alcance de las conexiones que promueven los ríos. Como señala el artículo Una perspectiva global sobre los ríos tropicales de montaña (disponible en inglés), aún existe poca información acerca de las cadenas montañosas tropicales y los procesos ecosistémicos a través del paisaje, y la importancia de estas conexiones para la servicios de los ecosistemas de las llanuras y para los océanos.
En el libro Amazonía, El Río Tiene Voces, Ana Pizarro evidencia que la Cuenca Amazónica, “tiene el bosque tropical húmedo más grande del planeta y el río Amazonas, más que el Congo, el Orinoco o el Mississippi, es el de mayor caudal. La experiencia diaria de su riqueza […] convirtió a los pueblos amazónicos en colectividades que construyen su vida y cultura en torno a la vida del río […], sus períodos de aguas ascendentes y descendentes, desarrollando tecnologías adaptadas a sus ritmos; una colectividad cuyo perfil, sociabilidad y cultura se formaron en relación con la naturaleza.”
Estrategias complementarias de monitoreo, como las presentadas en el libro Los ríos de las cuencas Andino-Amazónicas: Herramientas y guía de invertebrados para el diseño de programas de monitoreo son importantes para comprender los cambios que ocurren en los ríos. Los invertebrados acuáticos son sensibles a alteraciones en el ambiente, razón por la que son utilizados como bioindicadores de la salud de los ríos. “El biomonitoreo, entendido como la medición repetida de variables biológicas y ambientales con un objetivo de manejo o gestión, es una herramienta indispensable para evaluar la condición de un río (su integridad ecológica) y sus posibles respuestas a alteraciones antropogénicas o a las actividades de manejo que se pudieran implementar”, escriben los autores. La publicación ofrece alternativas de protocolos de monitoreo que pueden ser implementados por comunidades, gestores o autoridades locales.
El enfoque de Ciencia Ciudadana es fundamental para crear un espacio de diálogo entre diferentes formas de generar conocimiento y de hacer monitoreo. En la Amazonía, donde la vida de las comunidades se escribe junto a la naturaleza, es fundamental diseñar proyectos de conservación en conjunto con las comunidades locales. Sus conocimientos son claves para conocer más sobre la riqueza de los ríos y sus caminos por la Cuenca Amazónica. Esto es un paso muy importante para promover la sostenibilidad de actividades tan importantes para la gente, como la pesca, al mismo tiempo que empodera a las personas para el manejo sostenible de las pesquerías y la conservación de los humedales amazónicos, interconectados por sus ríos, desde los Andes hasta el Océano Atlántico.