La Amazonia es grande. La Amazonia es lejana. La Amazonia es incognoscible. O al menos eso es lo que nos dice la ciencia. El tamaño de la cuenca amazónica es abrumador (es aproximadamente del tamaño de los Estados Unidos continental), especialmente cuando nuestra intención es responder interrogantes utilizando el método científico, un método que depende del muestreo sistemático y representativo para asegurar que el estudio refleje esta gran región en cuestión. Obtener ese muestreo representativo puede implicar una gran inversión financiera y de tiempo para los científicos, ya que no hay muchas carreteras o aeropuertos que faciliten el acceso a la Amazonia–sólo imagínense la dificultad que implica levantar campamentos en una selva frondosa o llevar provisiones a lugares remotos atravesando un terreno adverso. Pero, ¿y si hubiera una manera de alcanzar el nivel necesario para responder las preguntas científicas involucrando a otros?
Esto es lo que propone la ciencia ciudadana. Si bien la Amazonia puede ser un lugar grande, lejano y difícil para que trabajen pequeños grupos de científicos capacitados, la Amazonia no es un terreno vacío. En ella existen personas con conocimiento local capaces de hacer preguntas sobre su propio entorno, registrando lo que observan y usando esta información para predecir los posibles impactos y determinar métodos apropiados de mitigación y monitoreo. Ahí es donde entra la ciencia ciudadana.
La ciencia ciudadana se trata de la participación colectiva de personas que no son especialistas, pero que se comprometen a hacer observaciones y a responder preguntas acerca del mundo natural. Podría ser útil, tanto para la ciencia como para las comunidades de la Amazonia, involucrar a personas que observen los fenómenos naturales o tendencias. Esto podría generar información comparable, a nivel local y regional, que de otra manera sería bastante difícil de conseguir para la ciencia tradicional. Esto no quiere decir que la ciencia ciudadana sea necesariamente nueva en la Amazonia: existen diversas iniciativas de conservación que junto con el conocimiento cultural local han dado lugar a diferentes tipos de modelos de compromiso ciudadano en esta región.
Hay muchos ejemplos de estos modelos que se han dado a lo largo del tiempo. Uno de los proyectos de monitoreo participativo de mayor duración se encuentra en el bosque inundado de las Reservas de Desarrollo Sostenible Mamirauá y Amanã. Los pobladores locales se dieron cuenta de que al monitorear ellos podían descubrir formas de mejorar el manejo del paiche (Arapaima gigas), un pescado importante en su alimentación. Otro modelo que goza de una popularidad cada vez mayor son los programas de turismo de voluntariado, en los cuales las agencias de turismo incluyen la recolección de datos u otras actividades de voluntariado en los viajes que ofrecen, lo que permite reconocer tanto la falta de financiamiento para la investigación como el beneficio de involucrar a nuevos tipos de público en la ciencia y conservación. Una experiencia exitosa de este modelo es la colaboración entre Rainforest Expeditions, el Proyecto Guacamayo de Tambopata y el Earthwatch Institute en Perú, en la cual los turistas experimentan la Amazonia ayudando a monitorear la población de loros. La educación ambiental también ofrece oportunidades importantes para fortalecer la conciencia científica y ambiental. Por ejemplo, en Ecuador, el proyecto Minga para mi Río involucra a los niños de escuelas locales cerca del río San Pedro para que aprendan sobre los ecosistemas acuáticos y lo pongan en práctica en la limpieza, restauración y observación del río.
Un proyecto más reciente es el Proyecto Ciencia Ciudadana para la Amazonía, el cual busca aumentar el conocimiento científico a través de datos obtenidos mediante la colaboración abierta del público al observar los peces y las condiciones del agua en los ríos de la cuenca amazónica. Mediante la creación de una red de organizaciones aliadas, el proyecto contribuye a los objetivos de la Iniciativa Aguas Amazónicas mejorando nuestra comprensión sobre la migración de los peces y los factores ambientales que influyen en ella. Al tomar este enfoque, el proyecto promueve la construcción de una consciencia informada sobre la conservación y empodera a los ciudadanos para que cuiden la cuenca amazónica, asegurando su compromiso y conservación a largo plazo.
Los recientes avances tecnológicos han creado oportunidades favorables para el aumento de nuestro conocimiento sobre la Amazonia, incluyendo sus aguas. Cada vez más personas pueden comunicar y dar respuestas que tengan un impacto tanto a nivel local como regional. Por ejemplo, los datos obtenidos mediante la ciencia ciudadana podrían ser utilizados para desarrollar un plan de gestión en un área de pesca en particular, informar sobre una política de calidad de agua del gobierno local, regional o nacional y asegurarnos de poder seguir consumiendo nuestro pescado favorito de una manera sostenible. O simplemente hacernos recordar que, si bien la Amazonia es grande, es todo menos incognoscible.
Referencias
Brightsmith, D. et al. 2008. Ecotourism, conservation biology, and volunteer tourism: A mutually beneficial triumvirate. Biological Conservation 141(11):2832-2842. DOI: 10.1016/j.biocon.2008.08.020
Proyecto Ciencia Ciudadana para la Amazonia. 2017. Memoria del Primer Encuentro de Socios. https://docs.google.com/document/d/13ZM5_-dOuo1AX04QERcuR13bnpBtOk4K7GsvCLdER9s/edit?usp=sharing
Eitzel, M. V. et al. 2017. Citizen Science Terminology Matters: Exploring Key Terms. Citizen Science: Theory and Practice 2(1):1–20. DOI:10.5334/cstp.96
Minga para mi Rio. Canal Comunidad. https://www.ivoox.com/minga-para-mi-rio-audios-mp3_rf_848230_1.html
Painter, M., et al. 2008. Landscape Conservation in the Amazon Region: Progress and Lessons, WCS Working Paper No. 34. Bozeman: Wildlife Conservation Society.
Escrito por Natalia Piland.