La cuenca amazónica es el hogar de más de 2000 especies de peces, cada una con características únicas. Entre ellas, los bagres “Goliat”— que viven migrando— son un grupo de peces que vale la pena conocer e incluyen especies que son importantes para la sobrevivencia de muchas personas en la Amazonía: en muchos lugares, la gente come hasta 1 kg de pescado al día, bagres incluidos. Además, este grupo de especies tiene la migración, o el peregrinaje, más larga de todos los ecosistemas de agua dulce. El dorado (Brachyplatystoma rousseauxii) nace en o cerca de los Andes y recién nacido migra río abajo hasta llegar al estuario del río Amazonas donde se encuentra su vivero. Por el contrario, los adultos permanecen en la Amazonía occidental por el resto de su vida, realizando migraciones anuales más cortas para desovar.
Fotografía: Elizabeth Anderson.
Pero, ¿cuánto sabemos sobre sus migraciones? Por más que este grupo de peces sea muy importante para la cuenca amazónica, hay trayectos de sus migraciones que todavía son un misterio, pero gracias a una publicación científica nueva conocemos un poquito más. Usando datos hidrológicos provenientes de estaciones, datos de pesquerías sobre bagres migratorios en estado reproductivo, datos fluviométricos adquiridos por imágenes satelitales y datos climáticos, los investigadores crearon un modelo que describe las relaciones entre estos datos y define los perfiles de profundidad requeridos para el desove del dorado en la Amazonía occidental. Así, encontraron que los periodos de desove pueden ser predichos por la profundidad del río: si la profundidad del río arriba de 250 m de elevación se encuentra en un promedio de 1,5 m, los bagres pueden migrar y desovar1.
Con esta información podemos pensar en que sucederá en el futuro. Usando modelos climáticos se pudieron identificar siete grupos de cuencas que tienen diferentes regímenes de migración para los bagres y cómo cambiarán bajo predicciones actuales de cambio climático. Donde no hay hidroelectricas, el cambio climático adelantará y aumentará las migraciones de bagres en las cuencas del sur y del sur-oeste (Madeira, Ucayali, Marañón, Juruá, y Purús), y retrasará y disminuirá las migraciones en las cuencas del norte y del norte-central (Caquetá-Japurá, Putumayo-Icá, Napo y Blanco).
«Profundidad mínima (m) para catalizar migración de peces y su incertidumbre asociada (m) para los periodos (a) históricos, y (b) futuros. En líneas de colores se encuentran los arroyos sobre sexto nivel de cuenca (Venticinque et al., 2016) donde se encontraron los sitios de estudio. Los colores de los arroyos indican la profundidad mínima estimada en los sitios de estudio asociados. Los puntos son los sitios de estudio y los colores indican la ubicación geográfica. El tamaño de los puntos indicando la incertidumbre en la profundidad mínima que introducen los parámetros geomorfológicos. Profundidad de rio sube con el área de drenaje, o sea, profundidad mínima río arriba (abajo) espera ser menor (mayor) que los valores indicados en esta figura. Diferentes grises indican las nueve diferentes cuencas mayores.»
Este es un modelo preliminar que puede mejorar si tenemos más datos de calidad. Hay dos maneras en que los datos pueden mejorar: la primera es conociendo más sobre dónde y cuándo están los bagres, y la segunda es conociendo más sobre la fluviomorfología de los ríos en los cuales los bagres viven.
Los datos sobre el desove de bagres migratorios usados en este artículo vienen de una sola cuenca. Con esfuerzos como Ciencia Ciudadana para la Amazonía, la gente que vive y trabaja en el área de la cuenca está tomando registros de los peces que pescan y de aquellos que ven en el mercado en la aplicación Ictio. Además, organizaciones que ya vienen trabajando este tema pueden compartir bases de datos a través de ictio.org. El objetivo de este tipo de proyecto es justamente poder ampliar las fuentes y el ámbito espacial del cual sabemos sobre peces en la Amazonia. Pronto, estos datos nos podrán informar sobre el movimiento de los bagres migratorios, y proveer lo necesario para ajustar el modelo y ver si la profundidad del río realmente predice los movimientos de los bagres en todas las cuencas.
Fotografía: Elizabeth Anderson.
En el estudio también se identificó que la mayor incertidumbre en los resultados del modelo era por falta de conocimiento sobre la forma (la morfología) de los ríos. Esta forma se define a base de múltiples variables que juntas tienen propiedades emergentes y únicas, como el impacto y la forma de erosión y el camino que el río puede tomar, o la ubicación y el tamaño de islas en el río. En la publicación, esta forma se definió a base a imágenes satelitales, y donde no se podía definir mediante imágenes satelitales se estimó usando la media de tres bases de datos publicados2. Se encontró que la forma (cross-sectional shape en inglés) y la anchura del río eran las variables que más estaban asociadas a la incertidumbre en esta investigación. Este tipo de datos pueden ser muy difíciles de tomar ya que los ríos cambian y las imágenes satelitales no siempre capturan esta dinámica del todo. Un proyecto de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC), Rios Danzantes, justamente está asegurándose de que los datos estimados son correctos, mezclando metodologías de monitoreo remoto (con drones) y de toma de datos en campo. Así, con el tiempo, aquí también encontraremos mejores datos para mejorar modelos y entender mejor cómo cambian los movimientos de los bagres.
El conocimiento sobre los bagres goliat seguirá incrementando: sus peregrinajes son misteriosos, pero esclareciéndolos, podremos tomar mejores decisiones sobre nuestra pesca, priorizando la conservación, el uso sustentable y el mantenimiento de los ríos libres.
Escrito por Natalia Piland.
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[1] Este dato es una media. El rango es de <1 m a >5 m y parece depender en que tan grande es la cuenca. A la misma vez, hay variación geográfica, donde esta profundidad es menor en localidades dentro de la cuenca del río Madeira, tal vez por su menor precipitación.
[2] Las bases de datos son: Global Width Database for Large Rivers, South American River Width Dataset, y Beighley and Gummadi 2011.
