Para proteger a la mayoría de las especies, hay que planificar la conservación del agua dulce

Para proteger a la mayoría de las especies, hay que planificar la conservación del agua dulce
septiembre 30, 2021 AmazCitSci

Conservando la Cuenca Amazónica Aguas Amazonicas

Fotografía: Walter Wust, WCS.

Para proteger a la mayoría de las especies, hay que planificar la conservación del agua dulce

La planificación integrada de agua dulce y terrestre puede favorecer la conservación de ambos ecosistemas, según Cecilia Leal y sus colegas.

Un estudio reciente en el que se comparan escenarios de conservación en dos lugares de la Amazonia brasileña (Paragominas y Santarém) ha demostrado que si se da prioridad a la conservación tanto del agua dulce como de la terrestre, las áreas protegidas pueden aumentar los beneficios del agua dulce hasta en un 600% con una pérdida insignificante del 1% en los beneficios terrestres. Esto es importante porque muchas estrategias de conservación actuales no tienen en cuenta las consideraciones relativas al agua dulce. La justificación es que hay pocos datos sobre las especies de agua dulce y que podemos suponer un solapamiento espacial entre las especies terrestres y acuáticas. Sin embargo, este solapamiento espacial suele evaluarse a: una resolución espacial gruesa, y desaparece cuando se amplía; para unos pocos grupos taxonómicos, y no es cierto para otros; y sin tener en cuenta la conectividad, que es de vital importancia para las especies de agua dulce.

Conservando la Cuenca Amazónica Aguas Amazonicas

Fotografía: Walter Wust, WCS.

Para obtener estos resultados, los investigadores acudieron a muchos lugares de estas dos localidades y tomaron datos sobre grupos de especies terrestres y de agua dulce comunes que se utilizan para las prioridades de conservación (plantas, aves y escarabajos peloteros en el primer caso; peces, libélulas y caballitos del diablo, moscas de mayo, moscas de la piedra y caddisflies en el segundo). A continuación, tomaron esos datos y crearon modelos de distribución, priorizando las distintas cuencas fluviales en función de su diversidad en cada grupo (así, por ejemplo, una cuenca con muchas especies de aves recibiría una puntuación alta de prioridad). Con esos mapas, los investigadores fingieron que tenían un presupuesto limitado o una superficie limitada que podían conservar, y entonces tomaron decisiones de dónde conservar en función de los grupos de especies de agua dulce o terrestres, y vieron cómo afectaba a los demás. Así se dieron cuenta de que conservar por grupos terrestres no era una buena manera de conservar zonas importantes para los grupos de agua dulce, pero a la inversa hacían un buen trabajo para cubrir ambos. Si bien no hay mucha información sobre los grupos de agua dulce, también vieron que la planificación de los grupos terrestres, con un elemento de conectividad acuática, daba mejores resultados que los grupos terrestres solos.

Esta investigación nos muestra que conservar lugares con una lente de agua dulce hace un mejor trabajo de conservación en ambos tipos de ecosistemas, que conservarlos con una lente terrestre, que es la práctica más común. Además, los ecosistemas de agua dulce son muy importantes para los seres humanos, más allá de las especies que viven en ellos. Por ejemplo, proporcionan agua para beber, agua para la agricultura, agua para la lluvia y agua para navegar en barcos de un lugar a otro. También son lugares donde la gente crea vínculos sociales y mantiene una conexión espiritual con el lugar. Las especies de peces, además, contribuyen a una nutrición adecuada, lo que no siempre se tiene en cuenta en la construcción de este tipo de escenarios. La conservación de los ecosistemas de agua dulce y la conectividad acuática contribuiría a todo ello. Leal y sus colegas terminan su artículo diciendo que «identificar nuevos enfoques prometedores para la conservación de la biodiversidad es sólo el primer paso para mejorar los resultados de la conservación». Estos enfoques también deben convertirse en beneficios tangibles.

Conservando la Cuenca Amazónica Aguas Amazonicas

Fotografía: Walter Wust, WCS.

Una forma de que estos enfoques se conviertan en beneficios tangibles, es utilizar datos de muchos lugares para hacer modelos más específicos y hacer que equipos interdisciplinarios busquen sinergias. Por ejemplo, investigadores de muchas disciplinas y múltiples organizaciones trabajan actualmente en la identificación de la mejor manera de conservar los elementos de agua dulce en el Amazonas. Este equipo, dirigido por la Wildlife Conservation Society y la Universidad Internacional de Florida, está estudiando las variables en las que tenemos que pensar para mantener los peces y la pesca, los humedales y la conectividad del agua dulce. Al integrar y observar el sistema de forma holística, el trabajo se basará en el de Leal y sus colegas, proporcionando un marco y una propuesta de indicadores a supervisar para los profesionales de la conservación. ¡Estén atentos!

Escrito por Natalia Piland.